CAF-banco de desarrollo- de América Latina y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), suscribieron un convenio para beneficiar a la niñez en la primera infancia de Panamá mediante el fortalecimiento de las capacidades del Ministerio de Desarrollo Social y su talento humano para incrementar la cobertura y mejorar la calidad de los servicios de educación inicial de niños y niñas de 0 a 4 años.
El convenio incluye una contribución no reembolsable provista por CAF de $110,000.00 dólares que se ejecutará en un periodo de 18 meses para beneficiar a 6,000 niños y niñas menores de 4 años y alrededor de 400 agentes educativos, docentes y personal administrativo en 716 centros de atención para la primera infancia (CAIPI) liderados y supervisados por el MIDES a nivel nacional.
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Panamá ha demostrado la importancia de la primera infancia como catalizador del desarrollo y del crecimiento por lo que es un pilar de su política social. En octubre de 2020 se sancionó la Ley 171, sobre Protección de la Primera Infancia y el Desarrollo Infantil Temprano, que ahora, con acciones concretas como la implementación de este convenio, entre otras, llevará a fortalecer la oferta de programas y servicios que respondan a las necesidades y a los contextos en los que viven los niños y niñas en los primeros años de vida, en donde se cuente con acompañamiento
y formación a los padres, cuidadores, agentes educativos y profesionales de las diferentes disciplinas que interactúan o hacen parte del día a día de los niños.
La representante de UNICEF en Panamá, Sandie Blanchet, señaló que “Panamá cuenta con UNICEF para continuar acompañando técnica y financieramente al Estado, buscando fortalecer la institucionalidad en el nivel local, provincial y nacional, y contribuir a que cada niño y niña y sus familias, cuenten con atenciones y servicios de calidad y en el momento oportuno”.
Por su parte, la representante de la oficina de CAF en Panamá, Lucia Meza, destacó que “Para CAF, las inversiones orientadas al desarrollo integral de los niños y niñas en los primeros años de vida son fundamentales por los impactos que tendrán a lo largo de la vida, no solo en el desarrollo de sus habilidades, sino en temas como la empleabilidad, la reducción de situaciones de riesgo y la participación ciudadana”. Además, agradeció al MIDES por facilitar esta primera alianza entre CAF y UNICEF en Panamá en favor de la niñez.
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La ministra de Desarrollo Social, María Inés Castillo, testigo de honor de esta firma señaló que “en estaadministración y bajo el liderazgo del Presidente Laurentino Cortizo, hemos siempre colocado a la primera infancia, como parte importante y crucial de la agenda pública, pasando del discurso, a la acción”. Indicó que “desde hace un año y medio, se han adoptado estrategias integrales y articuladas de cara a la prevención, acompañamiento y protección de nuestros niños, niñas y adolescentes”.
La titular del MIDES aseguró que “hoy, con la celebración de este acuerdo de cooperación se contribuirá al fortalecimiento de la capacidad institucional del ministerio, de tal manera que se incida en la mejora de la cobertura y prestación de los servicios que ofrecen en los centros de atención integral a la primera infancia”.
La titular de la cartera social cerró su participación reconociendo el poder que tienen las alianzas y los esfuerzos de colaboración en el desarrollo social de un país. Porque trabajando en conjunto y articuladamente se potencian los resultados de cualquier esfuerzo.
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“Por lo tanto, espero poder seguir contando con UNICEF y la CAF como aliado estratégico. Ustedes no solo conocen perfectamente la realidad de nuestro país, también, sus retos y sus oportunidades”, concluyó la ministra.
La evidencia ha demostrado que invertir en la primera infancia no solo es rentable en términos económicos, sino que transciende y transforma el desarrollo en las siguientes etapas de la vida del ser humano. Por cada dólar que se destina a intervenciones para el desarrollo infantil en la primera infancia se puede obtener un rendimiento de hasta trece dólares.
Este alto retorno se fundamenta en el sinnúmero de cambios físicos, emocionales, sociales, cognitivos asociados al desarrollo cerebral que se dan en los primeros años de vida y por ende, es un período en el que se requiere brindar un cuidado receptivo y sensible en cada uno de los espacios en los que transcurre la vida de los niños, como son el hogar, los servicios sociales, el espacio público, la comunidad.